sábado, 21 de septiembre de 2013

Mi primera tarta fondant

 
 
Qué ganas tengo de terminar la universidad para dedicarme por entero a las cosas que más me gustan... cocinar, aprender... porque sinceramente, no creo que el estar horas y horas oyendo hablar a los profesores me haga ser mejor profesora o persona... Nunca me cansaré de decir que la carrera de magisterio debería dedicar más tiempo a aprender directamente de los niños, en las aulas y menos entre la disciplina, la rigidez y la generalidad de la universidad. La mayoría de los profesores que me dan clase no han visto un niño en su vida.
 
 
Tengo ganas de dedicarme a los niños, de aprender de y con ellos... ¿es mucho pedir??
 
Mientras llega mi oportunidad, sigo adentrándome en el maravilloso mundo de la repostería. Últimamente no me encontraba en mi mejor momento, así que lo había dejado un poco todo de lado. Estos días estoy volviendo a ser Patri. He vuelto a Burgos por asuntos universitarios. Tenía ganas de volver para visitar una tienda nueva de productos y materiales de repostería. Allí resulta que dan cursos de vez en cuando de varias cosas, entre ellas, de tartas fondant. Así que por fin he hecho mi primer curso de repostería. Hombre, me siento mejor ahora porque he podido hacer por mí misma una decoración con fondant, bajo supervisión. Y lo mejor de todo es que he aprendido un montón de trucos y recetas con muy buena pinta. Será lo próximo que haga.
 
 
La verdad es que la tarta tiene muchas imperfecciones pero para mí, es preciosa. Me siento tan bien conmigo misma...!!!
 
 
Gracias a Marta y a Loli por haberme hecho pasar una tarde genial.
 
 

 
 
 

jueves, 5 de septiembre de 2013

Vacaciones (in)finitas y un pequeño experimento...


¡Que se acaban, que se acaban!

Confieso que tenía ya ganas de que terminasen las vacaciones... para mí ya estaban siendo demasiado largas. Terminé el curso en junio y desde entonces, sólo he hecho un curso intensivo de francés. Podía haber hecho más cosas, pero la verdad es que en Lyon todavía no he encontrado mi norte así que supongo que tardaré un poquito más en aclimatarme. De todas formas, estos días vuelvo a España para el nuevo curso. ¡Ánimo Patri que ya sólo te queda este año! ¡Oh my God, no veo el momento de decir adiós a la universidad! No quiero volver a estudiar... bueno, eso también lo decía después de haber hecho turismo y mírame ahora... en fin. 


Hoy es un día de fiesta y no lo digo por decir. Tenemos una fiesta para españoles en un local de jazz de Lyon y cada uno tiene que llevar algo de comer y beber. Lógicamente, productos españoles y yo, a parte de llevar una botellita de vino que espero que esté buena porque es la primera vez que compro vino español en el Lidl... ejem... también voy a llevar un bizcocho pero no sólo por esa razón. Resulta que he entrado en el listado de blogs que pertenecen a la iniciativa de Cocina Honrada del blog Cocina Casera. ¡Estoy que no quepo en mí de gozo! ¡Gracias Bea! Me ha encantado tu email y prometo seguir la política de lo que la iniciativa representa.



Para la fiesta de españoles en Lyon quería hacer un dulce que representase a España de alguna manera. Bueno, no sabía muy bien qué hacer porque se me echó el tiempo encima... más bien, estaba convencida de que la fiesta era mañana pero resulta que no... así que no me queda otra que hacer un bizcochazo... ¡¡de melocotón!!! ¡Está de escándalo! Porque tengo que llevarlo a la fiesta que si no, ya me lo habría zampado! Eso sí, he rebañado bien la base del molde. Era uno de esos con agujero en el medio (en italiano se llama ciambellone) y le había puesto en la base algunas rodajitas de melocotón para decorar. Cuando lo desmoldé y le di la vuelta, se habían pegado un par de ellas al molde, entonces, agarré una cuchara y lo comí. Así por lo menos, podía catar el manjar para saber si era comestible o no, a ver si luego mando a los españoles de Lyon al hospital... no es plato de buen gusto... excusas, excusas...



   

BIZCOCHO DE NATA Y MELOCOTÓN


Ingredientes
3 huevos
2 tazas de azúcar blanco
3 tazas de harina
1 sobre de levadura
200 ml de nata líquida
1 vasito de aceite de girasol
2 melocotones (una mitad en rodajitas para decorar, otra mitad en trozos y el otro melocotón hecho puré)



Preparación
Horno precalentado a 180ºC. Molde preparado forrado con mantequilla y harina. 

Disponer en la base las rodajas de melocotón. Se podría haber puesto un poco de azúcar debajo del melocotón para que caramelizase, pero tenía miedo de que se pegase del todo al molde, así que las rodajas sin nada más.

En un bol, batir bien los huevos con el azúcar. Sin dejar de batir, añadir la nata y el aceite. Seguir batiendo.

Incorporar la harina junto con la levadura y, por último, añadir el melocotón en trozos y el puré. Mezclar y verter la mezcla en el molde y al horno durante unos 35 minutos o hasta que al pincharlo con un palillo, éste salga limpio. Esta última técnica es un poco engañosa porque este bizcocho tiene fruta, lo que va a hacer que por dentro esté húmedo.

Ya sólo falta esperar unos minutos para desmoldar y comer. 

Bon appetit!

Yo, por mi parte, me como mi ensaladita para no llenarme demasiado... ¡hay que hacer hueco para esta tarde!