lunes, 15 de julio de 2013

Cookies Country Crisp


¡Muy buenas! Sí... lo sé... que no he estado muy activa últimamente... pero es que no daba más de mí. No voy a pedir perdón porque eso significaría que llevar este blog es como un sacrificio o esfuerzo u obligación. Quiero pensar que escribo porque quiero o, más bien, porque lo necesito. No me estoy justificando, tenía ganas de "decir la mía" porque hace nada leí una entrada del Monstruo de las galletas (del que soy toda una fan, por sus recetas de galletas... gracias, maestro!) en la que decía (entre otras cosas) que parece que cuando alguien escribe un blog y pasa una temporada sin publicar nada, lo primero que suele hacer es pedir perdón. Pues bien, yo no lo voy a hacer porque me resisto a pensar que tenga que hacerlo. No me siento infeliz ni mucho menos, pero sí he tenido una larga etapa de cambios bruscos en mi vida. Todavía no sé ni cómo he podido hacer frente a tantas cosas... Hemos cambiado de país, encima, a uno donde no controlo el idioma... por lo tanto, he tenido que terminar el segundo semestre del curso desde Francia, haciendo trabajos sin parar y estudiando como una loca. Por si fuera poco, he tenido que ir a España para tutorías y laboratorios de Biología y he tenido que organizar la mudanza... todo ello mientras en Francia buscábamos un hogar-dulce-hogar donde empezar de nuevo. Ha sido un camino... difícil a la par que extraño. 


Pero ya estamos en nuestra casita nueva, en pleno bullicio de una ciudad enorme pero que a la vez parece tan pequeña como Burgos. Me encanta Lyon, adoro "bicicletear" por sus calles y buscar restaurantitos de esos que me gustan a mí, con ese no-sé-qué-que-qué-sé-yo que te hace sentirte especial por estar allí.

No vayan a pensar ustedes que desde que vivo en Francia no he vuelto a cocinar. No, no. Bueno, vale, no me enfrasqué en la cocina tanto como antes, pero el deber estudiantil me llamaba. ¡¡Las buenas notas no vienen solas!! Pero sí que he hecho alguna recetilla. La que más me gustó fue la que os quiero proponer hoy. Cuando estuve en Londres de prácticas, descubrí que mis cereales favoritos para siempre jamás son los Country Crisp con fresas. ¡¡Oh my God!! ¡¡Estos ingleses sí que saben, por todos los dioses!! Los cereales llevan avena y trocitos de coco y fresa. Forman como pegotes de cereales con unos aritos tipo los Cheerios que están de muerte. Buf, se me hace la boca agua sólo de pensar en ellos. Lógicamente, antes de volver a España, fui al supermercado y me compré un paquete (además de una bolsita de mini marshmallows...).

El caso es que una vez en Lyon, fuimos a hacer la compra y me encontré con ellos de nuevo y no sabéis qué alegría me llevé. Claro está, no salí del súper sin un paquete... eso sería sacrilegio. 
Los cereales no me duraron ni un asalto. Siempre hago lo mismo. Me como los pegotones pero cuando quedan solo miguitas y trocitos pequeños, no me gusta echarlos en la leche porque luego me encuentro demasiados tropezones y me da asco. Así que acabo tirándolo o dejando que otro se lo coma. Pero con mis Country Crisp, me daba tanta pena que me puse a pensar qué podría hacer con ello. Así que me dije, ¿por qué no unas cookies americanas? ¡Así que dicho y hecho!


El resultado, una perfecta fusión entre Estados Unidos e Inglaterra en forma de galleta.


COOKIES COUNTRY CRISP

Ingredientes:
115 gr. de mantequilla reblandecida
100 gr. de azúcar blanco
110 gr. de azúcar moreno (según la receta original, aunque yo echaría solo la mitad)
1 huevo
1 cuchta. de azúcar vainillado
1 cuchta. de levadura
125 gr. de harina
100 gr. de cereales Country Crisp con fresas
1 cuchta. de sal

Preparación:
En un bol grande, mezclamos el azúcar moreno con la mantequilla hasta obtener una crema fina. Añadimos el huevo y la cucharadita de azúcar vainillado y seguimos batiendo. Lo reservamos.
 
En otro bol, mezclaremos la harina, los cereales, la levadura y la sal y lo añadimos al bol grande. Aquí, ya es mejor usar la mano, para que quede todo bien unido. Aviso que es bastante pringoso, así que el que quiera, que se ponga guantes de plástico. 
 
(Inciso: Si queremos, podemos añadir algo más, como trozos de chocolate o frutos secos troceados que le den más sabor. Yo esta vez no lo hice. Quizás tenía que haberlo hecho porque le habría añadido un toque salvaje...)
 
Después del inciso, mezclamos todo bien y con ayuda de una cuchara normal o una de servir helados, cogemos una porción, hacemos una bolita y la ponemos en la bandeja de horno, que estará ya preparada con papel de hornear. Repetimos la operación, haciendo bolitas y poniéndolas bien separadas en la bandeja. Después, les daremos un golpecito con la palma de la mano para achatarlas. 
 
Una vez repartida la masa de las galletas repartida por la bandeja, al horno ya caliente a 190ºC. Horneamos cada tanda durante no más de 8 minutos. Esto es muy importante porque si lo dejas más tiempo, luego se quedará demasiado dura, ¡hacezme caso!

Cuando las galletas estén listas, sacamos la bandeja del horno y dejamos enfriar unos minutos. Después, las pasamos a una rejilla. Este paso es muy importante, aunque parezca una chorrada, pero con ello conseguiremos que las galletas no se queden demasiado reblandecidas por debajo, o como diría mi sobrino, chuchurrías. También puede pasar que si las dejamos en la fuente super caliente del horno, se sigan cocinando y que al final, tengamos unas galletas que parecen galletas pero que en realidad son piedras de las que rompen los dientes... ya he hecho un par de tandas así ¡y no mola nada!