martes, 26 de noviembre de 2013

Banana Bread y frío, mucho frío...



No se me olvida que existe un blog llamado Dulce Patri dedicado a las vicisitudes de esta pobre mortal en la cocina con cosas ricas y dulces... Hace un rato, escribía en Facebook que alguien me preste una linterna porque este túnel está muy oscuro. Es que no puedo con mi vida. Que me expliquen esto de tener que hacer miles de trabajos. Cuando hice la carrera de Turismo, esto no era así, a mí no me engañan. Todo esto de la ley Bolonia es una estafa, una patraña. En fin... corramos un estúpido velo, no vaya a ser que las dos almas (qué ilusa...) que leen este blog, se harten de leer quejas y lamentos...
¿Os gusta nuestro arbolito de Navidad?


Se supone que, viviendo en Francia, debería empezar a probar con recetas autóctonas. Pues no me apetece. En lugar de eso, sigo fiel a la producción de dulces de origen americano como es el fantástico Banana Bread. Oh, my God, it's delicious!!


Se trata de un tipo de bizcocho fresco y húmedo a base de plátano, muy típico americano desde los años 30. Incluso existe el día del Banana Bread, el 23 de febrero, toma ya! A decir verdad, en EEUU, en cuanto a comida, prácticamente cada día celebran algo, aunque no es que me sorprenda demasiado. Bueno, mira, no, el día de mi cumpleaños no hay nada que celebrar. Tampoco me sorprende demasiado... pero al día siguiente, es el día de las palomitas!!!

Pues ya tenía ganas de hacer esta receta. A simple vista, me parecía demasiado complicada, pero no entiendo el porqué, la verdad. Tiene prácticamente la misma mecánica que los muffins. 

Cogí la receta de una conocida página, Joy of baking porque quería estar segura de que me saliera algo rico de verdad. Pero a esa receta, le añadí un toque muy especial, jiji! Y el resultado... brrrr no tengo palabras! Ha quedado de estremecerse de gusto. Para el que no se fíe de mí y quiera ver la receta original, aquí la tiene. Pero ojito, está en inglés y sin toque especial... Ahí va mi receta!

BANANA BREAD

Ingredientes secos
230 gr. de harina
150 gr. de azúcar
1 cuchta. de levadura en polvo
1/4 cuchta. de sal
1/4 cuchta. de bicarbonato
1 cuchta. de canela
1 cuchta. de azúcar vainillado
1/2 taza de nueces secas en trocitos 
        (la receta original decía 1 taza, decide tú)

Ingredientes húmedos
2 huevos
2 plátanos grandes machacados 
        (la receta original decía 3 pero lo cambié)
110 gr. mantequilla reblandecida (media taza)
1 chorrito de ron tostado (yo usé Negrita) 
        (el toque especial!!!)

Preparación
Esto es como lo de los muffins, en un bol se mezclan los ingredientes secos  y en otro bol, los húmedos. 
Después, añadimos la mezcla de ingredientes húmedos al bol de ingredientes secos y removemos con cuchara de palo o de goma, con movimientos envolventes, pero como con los muffins, no hace falta mezclar mucho para que no salga demasiado esponjoso.
Por último, se vierte la mezcla en un molde preparado. Yo no tengo moldes rectangulares, así que usé uno redondo de los de toda la vida. 
Lo metemos en el horno precalentado a 180 grados durante unos 50 minutos, según horno o cuando al insertar un palillo en el pan éste salga seco.
Cuando esté listo, lo sacamos del horno, dejamos reposar 5 minutos y desmoldamos. Creedme, calentito está de muerrrrrte.



NB: Por cierto que ahora me ha dado por tejer... lo que se ve en la foto es una bufanda preciosa que le estoy tejiendo a Piero.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Dulce y radiante iba la novia...

¡Por fin, madre mía!
Creí que nunca volvería... la universidad me tiene completamente absorbida. No es por repetirme pero es que quiero terminar ya!!!

¿Que qué he estado haciendo durante este tiempo? Bueno, he estado pluriempleada haciendo de Wedding Planner para mi hermana pequeña. Me ha encantado hacerlo. Qué pena que ya no viva en España porque creo que hubiera tenido futuro... 


La boda de mi hermanita y su hombre tenía que ser perfecta o por lo menos, inolvidable. Así que me puse a hacer todas las cosas que me hubiera gustado hacer para mi boda, empezando por los detalles. Llevo un buen rato buscando fotos pero el caso es que no las encuentro y menuda rabia que me da porque los detalles eran preciosos y llevaron tanto trabajo... Hicimos unas minitartitas fondant de chocolate con crema de chocolate y leche condensada, decoradas con lacitos hechos por mi hermana. Fue todo un trabajo en equipo. En sólo dos días, conseguimos hornear, entartar, decorar y empaquetar 115 minitartitas. Todo un récord para ser la primera vez!


Ya metidos en faena de boda, hice de fotógrafa para el evento. Me lo pasé genial intentando sacar lo mejor de esta pareja tan bonita. 


Y como no, les hice la mesa dulce. A pesar de que la luz no acompañaba demasiado bien, me quedó preciosa. Era enorme pero creo que quedó muy coqueta y romántica. Juzguen ustedes mismos.















sábado, 21 de septiembre de 2013

Mi primera tarta fondant

 
 
Qué ganas tengo de terminar la universidad para dedicarme por entero a las cosas que más me gustan... cocinar, aprender... porque sinceramente, no creo que el estar horas y horas oyendo hablar a los profesores me haga ser mejor profesora o persona... Nunca me cansaré de decir que la carrera de magisterio debería dedicar más tiempo a aprender directamente de los niños, en las aulas y menos entre la disciplina, la rigidez y la generalidad de la universidad. La mayoría de los profesores que me dan clase no han visto un niño en su vida.
 
 
Tengo ganas de dedicarme a los niños, de aprender de y con ellos... ¿es mucho pedir??
 
Mientras llega mi oportunidad, sigo adentrándome en el maravilloso mundo de la repostería. Últimamente no me encontraba en mi mejor momento, así que lo había dejado un poco todo de lado. Estos días estoy volviendo a ser Patri. He vuelto a Burgos por asuntos universitarios. Tenía ganas de volver para visitar una tienda nueva de productos y materiales de repostería. Allí resulta que dan cursos de vez en cuando de varias cosas, entre ellas, de tartas fondant. Así que por fin he hecho mi primer curso de repostería. Hombre, me siento mejor ahora porque he podido hacer por mí misma una decoración con fondant, bajo supervisión. Y lo mejor de todo es que he aprendido un montón de trucos y recetas con muy buena pinta. Será lo próximo que haga.
 
 
La verdad es que la tarta tiene muchas imperfecciones pero para mí, es preciosa. Me siento tan bien conmigo misma...!!!
 
 
Gracias a Marta y a Loli por haberme hecho pasar una tarde genial.
 
 

 
 
 

jueves, 5 de septiembre de 2013

Vacaciones (in)finitas y un pequeño experimento...


¡Que se acaban, que se acaban!

Confieso que tenía ya ganas de que terminasen las vacaciones... para mí ya estaban siendo demasiado largas. Terminé el curso en junio y desde entonces, sólo he hecho un curso intensivo de francés. Podía haber hecho más cosas, pero la verdad es que en Lyon todavía no he encontrado mi norte así que supongo que tardaré un poquito más en aclimatarme. De todas formas, estos días vuelvo a España para el nuevo curso. ¡Ánimo Patri que ya sólo te queda este año! ¡Oh my God, no veo el momento de decir adiós a la universidad! No quiero volver a estudiar... bueno, eso también lo decía después de haber hecho turismo y mírame ahora... en fin. 


Hoy es un día de fiesta y no lo digo por decir. Tenemos una fiesta para españoles en un local de jazz de Lyon y cada uno tiene que llevar algo de comer y beber. Lógicamente, productos españoles y yo, a parte de llevar una botellita de vino que espero que esté buena porque es la primera vez que compro vino español en el Lidl... ejem... también voy a llevar un bizcocho pero no sólo por esa razón. Resulta que he entrado en el listado de blogs que pertenecen a la iniciativa de Cocina Honrada del blog Cocina Casera. ¡Estoy que no quepo en mí de gozo! ¡Gracias Bea! Me ha encantado tu email y prometo seguir la política de lo que la iniciativa representa.



Para la fiesta de españoles en Lyon quería hacer un dulce que representase a España de alguna manera. Bueno, no sabía muy bien qué hacer porque se me echó el tiempo encima... más bien, estaba convencida de que la fiesta era mañana pero resulta que no... así que no me queda otra que hacer un bizcochazo... ¡¡de melocotón!!! ¡Está de escándalo! Porque tengo que llevarlo a la fiesta que si no, ya me lo habría zampado! Eso sí, he rebañado bien la base del molde. Era uno de esos con agujero en el medio (en italiano se llama ciambellone) y le había puesto en la base algunas rodajitas de melocotón para decorar. Cuando lo desmoldé y le di la vuelta, se habían pegado un par de ellas al molde, entonces, agarré una cuchara y lo comí. Así por lo menos, podía catar el manjar para saber si era comestible o no, a ver si luego mando a los españoles de Lyon al hospital... no es plato de buen gusto... excusas, excusas...



   

BIZCOCHO DE NATA Y MELOCOTÓN


Ingredientes
3 huevos
2 tazas de azúcar blanco
3 tazas de harina
1 sobre de levadura
200 ml de nata líquida
1 vasito de aceite de girasol
2 melocotones (una mitad en rodajitas para decorar, otra mitad en trozos y el otro melocotón hecho puré)



Preparación
Horno precalentado a 180ºC. Molde preparado forrado con mantequilla y harina. 

Disponer en la base las rodajas de melocotón. Se podría haber puesto un poco de azúcar debajo del melocotón para que caramelizase, pero tenía miedo de que se pegase del todo al molde, así que las rodajas sin nada más.

En un bol, batir bien los huevos con el azúcar. Sin dejar de batir, añadir la nata y el aceite. Seguir batiendo.

Incorporar la harina junto con la levadura y, por último, añadir el melocotón en trozos y el puré. Mezclar y verter la mezcla en el molde y al horno durante unos 35 minutos o hasta que al pincharlo con un palillo, éste salga limpio. Esta última técnica es un poco engañosa porque este bizcocho tiene fruta, lo que va a hacer que por dentro esté húmedo.

Ya sólo falta esperar unos minutos para desmoldar y comer. 

Bon appetit!

Yo, por mi parte, me como mi ensaladita para no llenarme demasiado... ¡hay que hacer hueco para esta tarde!

viernes, 9 de agosto de 2013

Bolitas y tarta Oreo

Hace bastante tiempo que no escribo. Sí, parece que cada vez me interesa menos escribir, pero la verdad es que no tengo demasiado tiempo. Después de los exámenes, empecé el curso intensivísimo de francés y en medio, hice un parón de 15 días para irme, como el año pasado, de campamentos. Este año ha sido mil veces mejor en cuanto a todo prácticamente. El ambiente que se respiraba era de respeto y compañerismo y sin duda, eso hace que el trabajo vaya adelante, liscio, como dirían en Italia.

Durante el campamento, hacíamos muchas actividades, entre las que había un taller de cocina. Yo no lo llevaba porque hice un taller de risoterapia, expresión corporal y relajación que me encantó. Me he dado cuenta de lo que puede funcionar con niños y lo que no, así que creo que he aprendido mucho con ello. 

El taller de cocina estaba orientado a hacer los postres para los chicos y chicas después de comer. Eran ellos mismos, por grupos, quienes los realizaban, con la ayuda de los monitores.

El postre con mayor éxito, sin duda, fueron las bolitas de oreo. ¡Madre mía, qué ricas estaban! Tanto que no podíamos parar de comer. Incluso había monitoras... ejem... que entraban a escondidas en el almacén para picar alguna bolita que otra... 



La receta es muy simple y perfecta para tiempos calurosos como el verano. La que pongo aquí debajo es la receta de la tarta oreo, pero en realidad, es la misma, sólo que en vez de presentarlo en molde de tarta, lo que hicieron fue coger la masa de galletas oreo, mezcladas con el queso crema y cubiertas con chocolate negro y blanco y sprinkles de colores. Después, las metieron en el congelador y las sacaron unos diez minutos antes de comerlas para que cogieran temperatura y no estuvieran tan duras. Ay, qué ricas estaban! Pero para quien prefiera hacer la receta original, ahí la tiene. ¡Gracias a Carmen por la receta!
Bon appetit!!

TARTA OREO

Ingredientes
(A)
110 g de galletas Oreo, sin la crema – machacadas
40 g de mantequilla fundida
(B)
3 cucharadas de agua hirviendo
10 ml de zumo de limón fresco
1 cucharada de gelatina en polvo
(C)
250 g de queso crema
45 ml de leche
50 g de azúcar en polvo
1 cucharada de extracto de vainilla
250 ml de nata para montar – batida hasta que se vea como mousse, y luego reservar en la nevera hasta que esté listo para usar
12 piezas de galletas Oreo, sin la crema – rotas en pedazos gruesos
Bastantes galletas Oreo, sin la crema, para cubrir (pulverizadas)
Galletas Oreo para decorar

Preparación
1. Si no quieres estropear tus moldes de aluminio para tartas, puedes coger un molde desmontable de 18 cm, quitarle la base, forrarla con papel de aluminio y luego colocar la base de nuevo en el molde. Dejarla a un lado.
2. Mezclar bien los ingredientes del apartado A y presionar esta mezcla en el fondo del molde hasta conseguir una capa uniforme. Dejar enfriar 30 minutos.
3. Colocar los ingredientes B en un recipiente al baño maría, y disolver completamente la gelatina en el líquido. Una vez disuelto, mantener la mezcla caliente a un lado hasta que esté lista para usar (para que la gelatina no se solidifique)
4. Hacer una crema con los ingredientes C, mezclándolos hasta que estén suaves y cremosos, a continuación mezclar con la gelatina. A continuación incorporar la nata que teníamos en el frigorífico y mezclar.
5. Comenzar con la mezcla de queso, poniendo un poco sobre la base de galletas, justo para cubrir toda la base. Ahora, ir alternando entre la crema de queso y la dispersión de las galletas Oreo en trozos gruesos, y hacer ésto hasta que se agoten la crema de queso y las galletas Oreo.
6. Ponerlo todo a enfriar en el frigorífico hasta que la masa quede sólida, unas 3 ó 4 horas.
7. Justo antes de servir, esparcir las galletas Oreo pulverizadas sobre la parte superior de la tarta.
Envolver el exterior del molde con un trapo caliente y mantenerlo así durante unos segundos (debería bastar con menos de 1 minuto). Esto es para garantizar la fácil eliminación de la tarta del molde redondo. Desmoldar el pastel. Colocar algunas de las piezas enteras de Oreo encima y alrededor de los laterales de la tarta de queso.
8. Servir frío.


Nota: Un truco para cortar trozos limpios de la tarta es coger un cuchillo afilado, mojarlo en agua caliente y secarlo. Utilizarlo para cortar un trozo de tarta y repetir las veces que sea necesario con cada trozo. Este es un truco que podéis aplicar a todas las tartas de queso frías.

lunes, 15 de julio de 2013

Cookies Country Crisp


¡Muy buenas! Sí... lo sé... que no he estado muy activa últimamente... pero es que no daba más de mí. No voy a pedir perdón porque eso significaría que llevar este blog es como un sacrificio o esfuerzo u obligación. Quiero pensar que escribo porque quiero o, más bien, porque lo necesito. No me estoy justificando, tenía ganas de "decir la mía" porque hace nada leí una entrada del Monstruo de las galletas (del que soy toda una fan, por sus recetas de galletas... gracias, maestro!) en la que decía (entre otras cosas) que parece que cuando alguien escribe un blog y pasa una temporada sin publicar nada, lo primero que suele hacer es pedir perdón. Pues bien, yo no lo voy a hacer porque me resisto a pensar que tenga que hacerlo. No me siento infeliz ni mucho menos, pero sí he tenido una larga etapa de cambios bruscos en mi vida. Todavía no sé ni cómo he podido hacer frente a tantas cosas... Hemos cambiado de país, encima, a uno donde no controlo el idioma... por lo tanto, he tenido que terminar el segundo semestre del curso desde Francia, haciendo trabajos sin parar y estudiando como una loca. Por si fuera poco, he tenido que ir a España para tutorías y laboratorios de Biología y he tenido que organizar la mudanza... todo ello mientras en Francia buscábamos un hogar-dulce-hogar donde empezar de nuevo. Ha sido un camino... difícil a la par que extraño. 


Pero ya estamos en nuestra casita nueva, en pleno bullicio de una ciudad enorme pero que a la vez parece tan pequeña como Burgos. Me encanta Lyon, adoro "bicicletear" por sus calles y buscar restaurantitos de esos que me gustan a mí, con ese no-sé-qué-que-qué-sé-yo que te hace sentirte especial por estar allí.

No vayan a pensar ustedes que desde que vivo en Francia no he vuelto a cocinar. No, no. Bueno, vale, no me enfrasqué en la cocina tanto como antes, pero el deber estudiantil me llamaba. ¡¡Las buenas notas no vienen solas!! Pero sí que he hecho alguna recetilla. La que más me gustó fue la que os quiero proponer hoy. Cuando estuve en Londres de prácticas, descubrí que mis cereales favoritos para siempre jamás son los Country Crisp con fresas. ¡¡Oh my God!! ¡¡Estos ingleses sí que saben, por todos los dioses!! Los cereales llevan avena y trocitos de coco y fresa. Forman como pegotes de cereales con unos aritos tipo los Cheerios que están de muerte. Buf, se me hace la boca agua sólo de pensar en ellos. Lógicamente, antes de volver a España, fui al supermercado y me compré un paquete (además de una bolsita de mini marshmallows...).

El caso es que una vez en Lyon, fuimos a hacer la compra y me encontré con ellos de nuevo y no sabéis qué alegría me llevé. Claro está, no salí del súper sin un paquete... eso sería sacrilegio. 
Los cereales no me duraron ni un asalto. Siempre hago lo mismo. Me como los pegotones pero cuando quedan solo miguitas y trocitos pequeños, no me gusta echarlos en la leche porque luego me encuentro demasiados tropezones y me da asco. Así que acabo tirándolo o dejando que otro se lo coma. Pero con mis Country Crisp, me daba tanta pena que me puse a pensar qué podría hacer con ello. Así que me dije, ¿por qué no unas cookies americanas? ¡Así que dicho y hecho!


El resultado, una perfecta fusión entre Estados Unidos e Inglaterra en forma de galleta.


COOKIES COUNTRY CRISP

Ingredientes:
115 gr. de mantequilla reblandecida
100 gr. de azúcar blanco
110 gr. de azúcar moreno (según la receta original, aunque yo echaría solo la mitad)
1 huevo
1 cuchta. de azúcar vainillado
1 cuchta. de levadura
125 gr. de harina
100 gr. de cereales Country Crisp con fresas
1 cuchta. de sal

Preparación:
En un bol grande, mezclamos el azúcar moreno con la mantequilla hasta obtener una crema fina. Añadimos el huevo y la cucharadita de azúcar vainillado y seguimos batiendo. Lo reservamos.
 
En otro bol, mezclaremos la harina, los cereales, la levadura y la sal y lo añadimos al bol grande. Aquí, ya es mejor usar la mano, para que quede todo bien unido. Aviso que es bastante pringoso, así que el que quiera, que se ponga guantes de plástico. 
 
(Inciso: Si queremos, podemos añadir algo más, como trozos de chocolate o frutos secos troceados que le den más sabor. Yo esta vez no lo hice. Quizás tenía que haberlo hecho porque le habría añadido un toque salvaje...)
 
Después del inciso, mezclamos todo bien y con ayuda de una cuchara normal o una de servir helados, cogemos una porción, hacemos una bolita y la ponemos en la bandeja de horno, que estará ya preparada con papel de hornear. Repetimos la operación, haciendo bolitas y poniéndolas bien separadas en la bandeja. Después, les daremos un golpecito con la palma de la mano para achatarlas. 
 
Una vez repartida la masa de las galletas repartida por la bandeja, al horno ya caliente a 190ºC. Horneamos cada tanda durante no más de 8 minutos. Esto es muy importante porque si lo dejas más tiempo, luego se quedará demasiado dura, ¡hacezme caso!

Cuando las galletas estén listas, sacamos la bandeja del horno y dejamos enfriar unos minutos. Después, las pasamos a una rejilla. Este paso es muy importante, aunque parezca una chorrada, pero con ello conseguiremos que las galletas no se queden demasiado reblandecidas por debajo, o como diría mi sobrino, chuchurrías. También puede pasar que si las dejamos en la fuente super caliente del horno, se sigan cocinando y que al final, tengamos unas galletas que parecen galletas pero que en realidad son piedras de las que rompen los dientes... ya he hecho un par de tandas así ¡y no mola nada!


viernes, 3 de mayo de 2013

MUFFINS CON SORPRESA DE CHOCOLATE Y UN TOQUE DE COCO



¡Estoy que no me lo creo! ¡Habemus piso!!! Y lo mejor de todo... ¡habemus fornus!!!! 
Ay, qué alegría, no quepo en mí de gozo!! 

Aunque la verdad es que no he podido dar rienda suelta a mi dulce obsesión porque he estado (ya viene siendo una constante en mi vida) bastante liada con la universidad. Esto de ser alumna excepcional no es ninguna ayuda... te quitas el agobio de los mil trabajos en grupo pero por otra parte, los mil trabajos en grupo los tienes que hacer tú sola... Me estoy gestionando bastante bien y estoy logrando los objetivos propuestos pero estoy también renunciando a salir a que me dé el aire. ¡¡No se puede estar más blanca, Dios mío!!

El caso es que una de las asignaturas que me trae por el camino de la amargura es Ciencias. Me está gustando mucho pero también me surgen cada vez más dudas. La suerte es haber conocido a Lucía, una simpática bióloga a la que alimento con dulces caseros mientras hablamos de células, orgánulos, nutrición, etc. La semana pasada hice un bizcochito de frutos rojos con trozos de fresa. Estaba...delicious!! 

Esta semana quería hacer algo diferente a lo que venía haciendo últimamente. La idea del blog surgió tras el viaje de novios a Estados Unidos. Me gustó tanto su gastronomía, especialmente la repostería que me entró la gana de probar a cocinar cosicas dulces. Jamás en mi vida me había atrevido. Y lo primero que hice fueron los muffins. Pues bien, después de mucho tiempo sin publicar una receta de muffins, ¡ahí va una! 

MUFFINS CON SORPRESA DE CHOCOLATE Y UN TOQUE DE COCO BELLO

Ingredientes secos:
70 gr. de azúcar
1 cuch. de levadura
140 gr. de harina
1 pizca de bicarbonato
1 pizca de sal

Ingredientes húmedos:
1 huevo mediano
125 ml. de leche (o nata en su defecto, ¡pero eso engorda mucho!)
3 cuch. de aceite de girasol

Ingredientes propios de la receta:
Media tableta de chocolate negro (una onza generosa por cada muffins)
6 cuchtas. de coco molido (para obtener un ligero toque a coco pero puedes echar más)

Preparación
Preparar la bandeja con mantequilla y harina o con los moldes de papel. Poner el horno a 220º.
En un bol normalito, mezcla bien los ingredientes secos y reserva.
En otro bol un poco más grande (es donde va toda la mezcla) bate bien el huevo, añade la leche y el aceite.
Duespués, incorpora los ingredientes secos del otro bol. Mezcla con una cuchara, sin batir, simplemente mezclando pero no te pases demasiado, lo justo para que quede todo empapado, con grumos.
Por último, echa la mezcla en los moldes. No lo hagas de una vez. Echa primero una cucharada y le insertas en el medio el trozaco de chocolate y media cucharadita de coco. Entonces, añade otro poco más de mezcla y otra media cucharadita. Recuerda que la mezcla llene en total 3/4 del molde.
Ya puedes meter la bandeja en el horno durante 20 minutos. 


¡Cuánto echaba de menos su textura esponjosa y su sabor americano! La pena es que ya se han terminado... ¡Pues habrá que hacer más!

jueves, 21 de marzo de 2013

¿Habemus piso??????

Oteando la ciudad desde la Croix Rousse
Me da por escribir hoy, desde la reclusión de mi cuarto de un moderno, a la par que sobrio aparthotel de Lyon. Me da por escribir, sí, no lo hago porque me apetezca enormemente ni porque haya preparado una receta... ¡qué más quisiera! Aquí no tengo horno y la nevera es tan grande como un televisorcillo de cocina... Tengo que comprar la leche en versión medio litro para que me entre en los compartimentos... 

Escribo por desesperación, por ocupar mi mente en otras cosas... este ordenador va como el c... (piii), vamos, que va muy lento y no me carga la presentación de powerpoint que tengo que entregar... ayer. ¿Por qué mi querido ordenador, acompañante durante varios cambios de residencia burgalesa, mandatos en el gobierno y pontificados varios decide justo ahora que me quiere dejar en la estacada? ¿No es acaso un acto cruel de ensañamiento hacia una persona que tiene que entregar dieciochomil trabajos desde la distancia y que no tiene mayor compañía durante el día que su presencia y disfrute junto con el televisor que sólo sabe hablar francés? Si me pinchan, no sangro...

Pues sí, aquí estoy en Lyon, muerta de asco... no porque la ciudad no sea bonita, no, que va, si preciosa es. Lo sé por las tres veces que he salido de turismo en tres semanas que llevamos aquí. Se va a cumplir un mes de estancia y la ciudad no, pero cada poro de la pared frente al escritorio, me lo conozco como si lo hubiera parido yo. ¿En qué estaba pensando el señor Bolonia cuando hizo esta ley de pacotilla? Ya sé... con la crisis y la tasa de parados por las nubes, pensó...¡Que trabajen ahora los cabrones, así por lo menos algo harán antes de ir al paro!

Bueno, en fin... después de este pequeño desahogo y, como no quiero parecer una histérica, voy a pasar directamente al siguiente tema y es que aquí en Francia hay un estilo propio de merendar o postrear. De todos es sabido que a los franceses no les amarga un dulce, vamos, que son los reyes de la repostería y se inventan cualquier cosa para llevarse a la boca un dulce manjar. Así que se han inventado el café gourmand que consiste en un café sólo, acompañado de pequeños dulces. El platillo del café suele ser grande, con el huequecitto para la taza y el resto del espacio sirve para presentar los dulces, que pueden ser mini magdalenas, mini pastelitos, mini bombas rellenas de crema o mermelada o mis favoritos, los macarons. En realidad, lo que sea, pero mini. 


¡Es una auténtica PA-SA-DA!!! Lo pude comprobar el sábado pasado después de comer en el centro de Lyon, en un restaurante donde el plato estrella son los mejillones. Nos pusimos hasta arriba sin gastar demasiado y de postre, pedimos el café gourmand porque pensábamos que un crêpe o una fondue de chocolate sería demasiado. Bueno, pues el café gourmand tampoco se queda corto. No es un simple café con una galletita, que va, así que me hubieran sobrado tres o cuatro mejillones por lo menos.

En fin, aprovecho para invitar a todo aquel que me aprecie a visitarme a Lyon. Prometo invitar a un café gourmand en un cafelito chic de esos que me gustan a mí. Eso sí, habrá que esperar a tener una vivienda habitable, un apartamento, nuestro próximo y espero que definitivo-por-lo-menos-por-unos-años home sweet home.


Nota: fotos tomadas de eamini.fr y la página de la Académie Versailles