domingo, 25 de noviembre de 2012

Tarta de queso y chocolate sin horno

Gente del mundo, tengo que anunciar algo... 
¡¡¡Me voy a Londres de prácticas en un colegio con la St. Mary's University College!!!

Se trata de una beca entre mi universidad y Londres para hacer prácticas en un colegio. Me quedaré con una familia de allá, así que espero poder aprender mucho y mejorar mi inglés. Es una oportunidad perfecta para aprender y ampliar mi curriculum. Todavía estoy que no me lo creo. Ya tengo el billete de avión y la documentación se está tramitando. Así que entre enero y febrero de 2013 voy a estar un poco inoperativa... Espero poder conectarme de vez en cuando, aunque sólo sea para subir alguna foto.

En cuanto al colegio de aquí, estoy aprendiendo un montón de cosas. La verdad es que me va a dar una pena horrible cuando termine las prácticas, pero supongo que podré ir a hacerles alguna visitilla. El día que termine las prácticas será mi cumpleaños, así que tendré que hacer algo. Es tradición que en el cumpleaños de los niños se lleve una bolsa de chuches para repartir a los compañeros en la salida al recreo. ¡Y yo no voy a ser menos! Pero bueno, todavía tengo mucho tiempo para decidir si llevaré galletas, piruletas o caramelos.
Estoy muy contenta, no sólo por eso, sino porque por primera vez, he intentado modificar una receta y hacerla mía. Partiendo de la tarta de queso sin horno, he querido probar a ir un poco más allá y aleeeehoop!!! Una tarta deliciosa, para rechupetearse los dedos.. Qué rica estaba, jolín. Tanto, que a los pocos días la volví a repetir para el cumpleaños de mi hermana mayor. Eso sí, a mi padre le hubiera gustado que el queso tuviera más sabor, así que queda pendiente la tarta de queso azul... a ver qué tal sale...

TARTA DE QUESO Y CHOCOLATE

Ingredientes
Medio paquete de galletas
150 gr. mantequilla reblandecida
1 tarrina queso cremoso
100 gr. azúcar
250 gr. nata de montar
1 sobre y medio de gelatina neutra en polvo
media tableta de chocolate de cobertura
1 pizca de azúcar vainillado
100 ml. de leche
Elaboración
Trituramos bien las galletas y amasamos el polvo resultante con la mantequilla reblandecida. Esto es mejor hacerlo con la mano. Cuando lo tengamos, lo ponemos como base de la tarta en un molde, bien aplastadito y lo metemos a la nevera para que coja consistencia. Tiene que estar por lo menos media hora. Yo tenía un poco de prisa, así que lo metí en el congelador para acortar tiempos.

Mientras la galleta coge consistencia, vamos preparando la crema para la tarta. 
En un cazo, ponemos 100 gramos de nata, la tarrina de queso, el azúcar normal y el vainillado. Removemos bien y calentamos a fuego suave hasta que se haya diluido todo. Añadimos entonces un sobre de gelatina y removemos bien pero no dejamos que hierva y seguimos removiendo para que no se acartone la gelatina. Cuando veamos que coge un poco de consistencia, es decir, que va engordando, apartamos del fuego.

Por otra parte, tenemos que derretir el chocolate con la leche y cuando esté listo, añadimos medio sobre de gelatina y removemos bien. La leche se puede sustituir por nata si se quiere.También se puede añadir más azúcar, para los que les gusta mucho el dulce.

En otro bol, montamos la nata que nos queda. Cuando la tengamos lista, añadimos la mezcla de queso y mezclamos con cuidado, con movimientos envolventes.

Sacamos el molde de la nevera con la base de galletas y vertimos la mezcla de nata con queso. Después, añadimos a chorritos o gotas el chocolate. La idea es que quede como un dálmata. También se podría mezclar todo a la vez pero a mí me gustaba la tarta a manchas, por eso la hice así. 

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Panettone ¡¡y viva Italia!!!



El panettone es un dulce tradicional navideño en Italia. Se trata de un de bollo tipo brioche con uvas pasas y fruta confitada, con una forma muy particular, como si fuera una cúpula. Se suele servir en rebanadas verticales, cortando de arriba abajo, como las porciones de una tarta y puede acompañarse con un buen vino dulce, un licor amaro, como se dice en italiano o alguna bebida calentita. 


¿Y de dónde viene ese fenómeno culinario? La primera constancia del panettone documentada es una pintura de Brueghel el Viejo del s.XVI y la receta de Bartolomeo Scappi, cocinero personal de los papas y emperadores de los tiempos de Carlos V.

Hay muchas leyendas sobre el origen del panettone. Se cuenta que hacia el año 1490, un joven aristócrata, Ughetto Atellani de Futi se enamoró de la hija de un pastelero milanés y, para demostrarle su amor, se hizo pasar por aprendiz de pastelero en la pastelería del padre. Allí, inventó este dulce con forma de cúpula a base de frutas confitadas y aroma de limón y naranja que pronto se hizo popular entre los milaneses que empezaron a acudir en masa a la pastelería pidiendo el pan de Toni (el aprendiz) y de ahí viene el nombre panettone.

Otra versión cuenta que el panettone nació en la corte de Ludovico el Moro, una Nochebuena de entre finales del s.XV y principios del s.XVI. Se supone que detrás de un copioso banquete vendría un postre a la altura, pero por lo visto, se quemó, así que casi se vuelven todos locos en la cocina. Pero un lavaplatos que se llamaba Antonio que había utilizado las sobras de los ingredientes para elaborar un pan dulce y llevárselo a su familia, decidió que, quizás, se podría utilizar como postre para el banquete. Este pan dulce tuvo tanto éxito que Ludovico pidió ver al artífice, Antonio y en honor a él y su elocuencia, decidió llamarlo Pan de Toni Panettone.

Sea como sea, el panettone ha sufrido numerosas variantes desde entonces (con pasas, piñones, almendras, chocolate, frutas confitadas...) y hoy en día se ha convertido en un dulce tradicional navideño y un regalo perfecto para tales fiestas.

Hace unos días que fue el primer aniversario de este blog al cual le tengo un cariño enorme. Es una responsabilidad que me agrada tener. La verdad es que quería haberlo celebrado por todo lo alto, quizás con un sorteo como hacen últimamente toooooooooodas las blogueras para darse publicidad. Pero es que no me importa si me lee alguien o no. Con saber que Julia, Marta, Silvia, las chicas de extranjeras, mi madre y alguna personilla más me leen, tengo bastante. 



Siguiendo con el aniversario, he decidido celebrarlo preparando las navidades, como empecé el año pasado, a parte de la receta de sushi. Esta vez me he propuesto complicarme la existencia y echar mano de la página del famoso Monstruo de las Galletas para hacer su idea de panettone de chocolate con trozos de chocolate. Antes de nada, decir que a Piero no le ha parecido un panettone en toda regla, seguramente por culpa de las cucharadas de cacao en polvo. Pero la verdad es que estaba divino de la muerte!!! Y digo estaba, porque había hecho cuatro, pero ya nos los hemos ventilado todos... Dios mío... voy a ponerme como una bacaloria!!! (término utilizado en Asturias para decir que me voy a poner gorda, oronda, enorme, rellena, atocinada, cebada, sobrealimentada, voluminosa, fácil de ver...)

En fin, ahí va la súper receta. Si alguien la quiere hacer, decir que es un auténtico coñazo amasar... pero sin duda alguna, repetiré la receta porque estaba de toma panettone y moja!!!

PANETTONE

 
Ingredientes para el prefermento
250 g de harina de fuerza
1 sobre de levadura de panadería
200 ml de agua tibia

Ingredientes para la masa
500 g de harina de fuerza
1 sobre de levadura de panaderí
150 g de azúcar
200 g de mantequilla
2 huevos + 2 yemas
100 ml de leche
Una pizca de sal
2 cucharadas de cacao en polvo
200 gr. de cobertura chocolate 
100 gr. de uvas pasas 

Elaboración
Lo primero es hacer el prefermento, uniendo los ingredientes arriba indicados, unas horas antes, para que pueda fermentar, como la masa de la pizza. 
También se puede hacer un día antes y dejar fermentar en un lugar frío, como hice yo, pero casi que prefiero más en el mismo día.

Pues ya con el prefermento fermentado, hacemos la masa del panettone:
En un bol grande, hacemos una masa con la harina, la levadura, el azúcar, los huevos, las dos yemas, la leche, el cacao y la pizca de sal. Una vez tengamos todo bien unido, añadimos la masa resultante del prefermento y vamos echando la mantequilla reblandecida de poco en poco. Unimos muy bien, de forma que tenga un color homogéneo y hasta que nos quede una masa blandita y elástica. Como se nos va a pegar a los dedos, podemos ir espolvoreando harina. Cuando tengamos la masa lista, añadimos las pasas y el chocolate troceado. Bueno, yo le puse pepitas de chocolate. Después, dejamos fermentar otra vez en un bol engrasado y tapado con papel film transparente.

Cuando haya aumentado de tamaño, ponemos la masa en los moldes para panettone y echamos por encima un trozo de chocolate y algunas pasas, para que la presentación sea bonita. Volvemos a taparlos un poco para que vuelva a aumentar el tamaño. Como yo no tenía, improvisé los cilindros con cartulinas. Me dio para cuatro panettones pequeños pero muy consistentes.

Antes de meterlo al horno, deberíamos pintar con huevo por encima y espolvorear de azúcar, pero a mí, cosa rara de la vida, se me olvidó este paso. De todas formas, salió rico igualmente y la apariencia era también muy bonita, por lo menos para mí.

Bueno, que se mete al horno precalentado a 175º durante unos 40 minutos.

Lo próximo, atención atención, será... Roscón de Reyes!!! A ver si tengo suerte y me sale bien!!!

jueves, 8 de noviembre de 2012

La cadena del bizcocho

      Esta semana he empezado una nueva etapa de mis estudios. ¡Por fin soy becaria! Lo mejor de todo es que he podido elegir el colegio y el tutor, todo gracias al esfuerzo de estos años de estudio y dedicación exclusiva. ;) Es lo que tiene ser empollona... Y por eso, me siento tan orgullosa de haber vuelto al colegio donde estudié cuando era pequeña y con un tutor inmejorable, de esos que opinan que los niños son personas con un gran tesoro por descubrir, de los que saben sacar partido de los gustos e intereses de los niños, que conoce a sus alumnos... Vamos, el más claro ejemplo de cómo, en la teoría, tiene que ser un buen maestro. No, no quiero ser pelota, quizás me mueve la ilusión de los primeros días de prácticas, pero es que es entrar en ese colegio y ver las caras de los niños que me llaman por mi nombre, que me quieren dar besos y contar cosas... que hace que lo vea todo taaaan bonito....!!! ¡¡Me encanta!!! Hay una niña que ha hecho un dibujo con muchos corazones y colores bonitos, y había los nombres de compañeros de clase que quería más y entre esos nombres, en el corazón más grande, ahí estaba el de mi tutor y el mío, ¡¡toma ya!!

      Y encima, la tutora de la clase de al lado me ha dejado una de sus batas de maestra y me siento taaan feliz...!!! snif, snif!! Sólo me falta ponerle mi brochecito de maestra, que se me olvida siempre en casa...

      La vuelta al cole me ha traido muchos recuerdos, como cuando aquella vez que adornamos los pasillos con fotos de nuestro papá y como el mío tenía bigotes muy de cowboy, todos pensaban que yo era mexicana...

      O como aquella vez que iba hacia el portón del colegio caminando, me giré un momento mientras seguía caminando y me tragué una farola...

      O como cuando la profesora de religión me preguntó en qué año había nacido Jesús, me puse muy nerviosa y, después de 5 minutos de bloqueo mental, risas de mis compañeros y gritos de mi profesora que casi se le salían de las cuencas sus ojos inyectados en sangre, conseguí articular un cuatro mil... Uff... Eso sí que me marcó de por vida... ¡¡Y pensar que el otro día la vi, que sigue en el colegio!!!

      Podría estar horas y horas contando anécdotas de la infancia, además de los juegos en el patio, las canciones o las innumerables cadenas de mensajes que nos mandábamos cuando todavía no existía Internet. Aquellas cadenas eran como una sentencia de muerte si no enviabas 12 copias a 12 personas en menos de una semana... Siempre nos quejábamos cuando alguien nos venía con una carta o cuando la recibíamos en el buzón, pero en el fondo, para nosotros, nos algrábamos porque eso significaba que alguien había pensado en nosotros. Es que es verdad, el que no recibía nada, era el marginado de la clase...

      Pues fíjate qué cosas, que después de tanto tiempo y con lo que ha cambiado la vida, he recibido una cadena, pero no de cartas, sino de bizcochos. Es de lo más curiosa, porque lleva un proceso de elaboración, del que se sacan tres vasitos que van a ser regalados a tres personas que queramos. ¿Que queramos? Sí, hombre, que queramos muy mal, porque esto de que te regalen la masa cruda de un bizcocho y que luego tenga que quedarse unos días en la encimera de la cocina fermentando y echándole potingues, no da muy buen rollito que digamos... Pero el caso es que la he continuado y ma-dre-mí-a-que-biz-co-cha-zo-im-pre-sio-nan-te-men-te-bue-ní-si-mo-de-la-muer-te!!!!


      El proceso es muy pesado, pero con paciencia, sale una cosa de agárrate, rica, grande, jugosa, tierna... brrrr!!!! Hombre, lo suyo es recibir la cadena. Cuando te dan un tarrito, te dan un papel con instrucciones por días:

JUEVES: Se vierte el contenido del vaso o del tarro en un recipiente mayor y se añade 1 vaso de azúcar y otro de harina y NO se mezcla.
VIERNES: Se mezcla todo bien con una cuchara.
SÁBADO: NO SE TOCA
DOMINGO:NO SE TOCA
LUNES: Se añade 1 vaso de azúcar, 1 vaso de harina y 1 vaso de leche. NO se mezcla.
MARTES:Se mezcla todo con la cuchara.
MIÉRCOLES: NO SE TOCA
JUEVES: NO SE TOCA
VIERNES: NO SE TOCA
SÁBADO: Se apartan 3 vasos de la mezcla obtenida (masa madre) que se entregarán a 3 personas a las que deseas suerte y salud. Al resto de la masa se le añade:
   - 2 vasos de harina
   - 1 vaso de azúcar o un poco menos
   - 1 vaso de aceite de girasol u oliva
   - 1 vaso de leche
   - 1 vaso de nueces y/o almendras
   - 1 vaso de uvas pasas enharinadas
   - 1 sobre de levadura
   - 2 huevos
   - 1 pizca de sal
   - 1 manzana troceada
   - ralladura de naranja

      Se mezcla todo bien y se mete en el horno bien caliente. Horneamos durante unos 40 minutos a 200ºC.

      Estos días investigaré a ver cómo puedo elaborar el mismo bizcocho sin tener que pasar otra vez por la cadena... Un tarrito ya se lo he encasquetado a mi hermana mayor... a ver a quién le doy los otros...