jueves, 11 de octubre de 2012

3.000 visitas y unos macarons...

Dentro de un mes se cumplirá un año desde que publiqué la primera entrada de este blog. Un año ya... madre mía, cómo pasa el tiempo! La idea del blog se me había ocurrido durante el viaje de novios a Estados Unidos, los que me leéis ya lo sabéis. Me había enamorado del mundo de la repostería y había descubierto por las calles de Nueva York un gran abanico de posibilidades. Jamás había tenido delante de mis narices un cupcake y ver tantos juntos, con tantas formas, sabores y colores diferentes hizo que apareciera en mí un irrefrenable deseo por cocinar cosas dulces y ricas. Tampoco había visto los increíbles muffins, las auténticas Cheesecakes neoyorkinas y sus applepies. Hasta el momento, nunca había probado a hacer ni un bizcocho. Personalmente, me considero una buena cocinillas de lo salado, pero lo dulce... todavía era un enigma para mí, por eso, decidí que tenía que empezar a probar y que el resto del mundo lo tenía que saber. No era una idea ambiciosa, quiero decir, que no había creado el blog con la motivación de hacerme famosa ni que nadie me leyera. A veces creo que debería tirar la toalla y dejar de escribir. Estoy segura de que no me leen más de dos personas en todo el mundo y que si no lo contara por Facebook, Twitter o Tuenti, nadie entraría en mi blog. Pero el caso es que no escribo para ser leída; lo hago porque lo necesito de verdad. Cuando era pequeña, escribía todos los días en mi diario. Aunque solo fueran un par de frases, intentaba llevar todas mis ideas al día. Pero tal y como está el mundo de hoy, estas costumbres se han ido perdiendo poco a poco. Bueno, en realidad no es cierto que se haya perdido la idea del diario. Digamos que más bien ha ido evolucionando al blog. Lo que pasa es que ya no interesa tanto escribir sobre el día a día propio, sino que nos hemos ido especializando según nuestros intereses y aficciones. Unos escriben sobre informática, otros sobre moda y otros como yo, sobre cocina. La gran diferencia es que las entradas se hacen cada semana o cada quincena y eso es lo que llevo mal. Me gustaría poder escribir casi cada día, pero de esta forma no se harían tan visibles las entradas y la gente se cansaría de leer. Porque además, hay tantos blogs en la red, hay tanta información disponible e ideas interesantes que no podemos limitarnos a un solo blog. A mí por ejemplo, me gusta visitar ciertos blogs, pero a partir de ellos, voy entrando en otros sugeridos por estos y entro en una espiral de la que me es muy difícil salir... Concretamente ayer, estaba tan ensimismada estudiando recetas y mirando blogs ¡que se me olvidó completamente que tenía que ir a clase! Pero bueno, supongo que la semana que viene podré recuperar las horas perdidas. 

Hoy estoy muy contenta porque he descubierto que ¡ya he recibido más de 3.000 visitas! Yuuuujuuuuuu!!!! Estoy que no me lo creo, casi como si me hubiera tocado la lotería. Hombre, preferiría que me hubiera tocado la lotería, la verdad, pero haber recibido 3.000 visitas tampoco está nada mal. Por lo menos, me levanta un poco la autoestima. Parece una tontería, pero pequeñeces como ésta, aportan una dosis del positivismo tan necesario en el día a día. Quiero agradecérselo a esas poquillas personas que visitan mi blog.

Para celebrar estas 3.000 visitas, he dicidido afrontar un reto: macarons. Sí, sí, parece una cosa simple, pero luego te pones y no lo es tanto, porque batir una mezcla, lo puede hacer todo el mundo; pero que te quede la textura perfecta para hornear un macaron... eso es otra cosa. Además, os recuerdo que soy una experta en lo que a errores en la cocina se refiere, así que cualquier nimiedad para unos muchos puede convertirse en todo un fracaso para mí.

Y efectivamente, fue un fracaso ¡¡total, jajajaja!! Bueno, anda, no vamos a ser tan drásticos. No fue del todo mal si hablamos de sabor, porque estaban riquísimos, pero en cuanto a la forma... ¡madre mía! ¡No podían haber salido peor! Algo habré hecho mal. Seguro que no eché suficiente harina de almendras, no sé. El caso es que creo que seguí bien la receta. Puede ser que no haya tamizado bien la harina o que haya perdido consistencia al mezclar las claras montadas con la harina... no lo sé. De todas formas, como de sabor no han quedado nada mal, he partido en trozos la especie de empanada de macarons que salió y me la llevo a Asturias este fin de semana para tomarlo con el café de la merienda. Creo que a mi mami le va a gustar mucho porque está dulce dulce como le gusta a ella.

La receta de Alma Obregón: 


MACARONS

Ingredientes
200g de azúcar glas
100g de almendras molidas
125g de clara de huevo a temperatura ambiente 
40g de azúcar extrafino o azúcar vainillado





 Preparación
En un bol, mezclamos el azúcar glas con las almendras molidas. Tamizamos y reservamos.

En otro bol, batimos las claras a punto de nieve. Cuando ya estén montadas, añadimos el azúcar extrafino o vainillado y seguimos batiendo. En este punto sería cuando echaríamos colorante si quisiéramos, pero yo no lo hice, por ser la primera vez que probaba la receta. E hice bien...

Echamos la mezcla de almendra y azúcar glas en las claras batidas y mezclamos de forma envolvente de abajo arriba. Se supone que hay que mezclar hasta obtener una textura como de papilla.

Preparamos una bandeja de horno con papel de hornear. Llenamos la manga pastelera con una boquilla redonda número 12 y hacemos circulitos de la pasta en la bandeja. Los circulitos no pueden ser muy grandes. Por lo visto yo me pasé tres pueblos, así salieron como salieron... 



Ya con la masa distribuida en circulitos por la bandeja de horno, los dejamos reposar como 2 horas. Yo los dejé solo una... sí, lo sé. ¡Es que soy muy impaciente! En realidad tienen que estar bien secos, pero bueno.

Horneamos entre 10 y 12 minutos a 160º. Los sacamos y los dejamos enfriar por completo sobre la bandeja del horno. 


Después vendría la parte del relleno, pero como me salieron tan mal, pues ni me molesté en buscar cremitas ricas, así que eso lo dejaré para otro momento. Espero que la próxima vez salgan mejor, por lo menos que no se me desparramen tanto!!

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